Eurojazz 2010

Son conocidas sus colaboraciones junto a Peter Brötzman, Tony Oxley o Evan Parker, y antes, la creación de su primer grupo Le Tour de France en 1982, que le puso al frente de otros seis músicos originarios de diferentes lugares de Francia.

En 1985 graba el disco Clarinettes, que resulta ser antecedente de un dilatado serial de grabaciones y proyectos. Dobles tríos, dúos, septetos y quintetos de clarinetes, se entrecruzan con la producción de una creación camerística, cuyo epicentro sonoro de cuerda y viento ha recibido elogios y galardones como el Django Reinhardt al mejor músico del jazz francés en 1988; el British Jazz Award 1990-91 al mejor artista extranjero, el de la Bienal de Barcelona y el Django d’Or al mejor disco francés de jazz en 1993.

Las publicaciones especializadas le consideran uno de los cinco jazzistas más influyentes de Europa. En esta ocasión, presenta en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía con motivo de Eurojazz 2010 su último disco Lost on the way .

Franck Ollu, director

Programa

Edgar Varèse Octandre
Anton Webern Concerto Op. 24
Benet Casablancas New Epigrams
Toru Takemitsu Rain Coming
Gérard Grisey Périodes
Simon Holt Lilith

Su discografía cuenta con más de sesenta títulos gracias a colaboraciones con artistas como Luis Eduardo Aute, Mikel Laboa, Oskorri, Imanol, Golden Apple Quartet, Txomin Artola y Mikel Markez, entre otros. Entre los títulos propios se encuentra su primer ábum, Oraín, grabado junto a Jorge Pardo en el Club Altxerri de San Sebastián; música teatral como la que sirvió de soporte para los montajes de Novecento, El pianista del Océano y Te doy una canción; grabaciones de estudio a piano solo (Piano solo), en orden de noneto (Faro), y otras que, como las que realizó para el espectáculo de danza Zilbor Hestea, recreaban estándares de la música popular vasca.

En la actualidad, Iñaki Salvador se encuentra al frente del trío que le sitúa al lado de Francis Posé en el contrabajo y José Vázquez “Roper” a la batería. Este trío, que comparte gusto por la fusión flamenca y el folclore vasco, tiene como propósito conciliar la sonoridad de sus propias piezas con las composiciones del vasco Jesús Guridi.

Rypdal, no obstante, aprovecha su fascinación por la música nacionalista para renovarla con su guitarra Stratocaster y le aporta sugerencias melódicas foráneas (Krzysztof Penderecki, John Coltrane, George Russell, Jimi Hendrix o Gustav Mahler).

Respaldado por una técnica interpretativa, sus recursos expresivos —pese a extender tentáculos a Jimi Hendrix y a Hank Marvin, de The Shadows— no se parecen en nada a los de nadie. Desde sus comienzos profesionales en The Vanguards y, más tarde, en los grupos de Jan Garbarek y George Russell, Terje Rypdal ha frecuentado la música fundamentalmente a través de tres frentes muy distintos entre sí: jazz, rock y música sinfónica.

A propósito de este detalle, el músico declara: “En lo que concierne a la tonalidad y la forma, existen conexiones muy claras entre las concepciones del jazz y la música sinfónica”. Y, para validarlo, una extensa discografía le respalda.

Entre ella, se encuentra Whenever I seem to be far away (1974), Odyssey (1975), Waves (1978), Descendre (1980), Blue (1987), If mountains could sing (1994) o Lux Aeterna (2000) o trabajos grabados en colaboración con David Darling (Eos de 1984), Barre Phillips (Three day moon de 1978), Miroslav Vitous y Jack DeJohnette (Rypdal / Vitous / DeJohnette de 1979) y con el pianista Ketil Bjonrstad (Water stories de 1993 y las dos entregas de The sea de 1995 y 1998, respectivamente).

Las sencillas formulaciones melódicas de los inicios dejan paso a complejas y atractivas elaboraciones, lo que les lleva al reconocimiento a través de las ventas de sus primeros trabajos discográficos y de las giras mundiales.

El trabajo en equipo del Tingvall está repleto de complicidades. Algunos comparan a esta formación con el Esbjörn Svensson Trio, aunque estos últimos abundaban en múltiples aventuras eléctricas y Tingvall es estrictamente acústico. El resultado está documentado en cada uno de sus discos, con especial atención al último, Vattensaga, grabado en Italia bajo la supervisión de Stefano Amerio, famoso por sus producciones para la fonográfica ECM.  

Su estancia en Suecia, que se extiende durante seis años, marca su evolución musical como pianista y compositora y le vale la alta consideración del baterista Billy Cobham que en 1988 cubre con ella la vacante del pianista en sus grupos. Paralelamente, Rita trabaja con Nils Petter Molvaer, Anders Jormin y Palle Danielsson, reconocidos músicos de la escena escandinava.

A mediados los años noventa regresa a Italia donde comienza a desarrollar sus propios proyectos. Además de su trabajo para la discografía francesa Label Blue, forma interesantes dúos con Andy Sheppard, el guitarrista de origen vietnamita Nguyên Lê y con el mencionado Anders Jormin.