Franco Berardi Bifo y Andrea Gropplero di Troppenburg

Comunismo futuro

28 abril, 2018 - 19:00 h
Entrada gratuita hasta completar aforo
Lugar
Edificio Sabatini, Auditorio
Ficha técnica

Comunismo futuro
Franco Berardi Bifo, guionista y narrador / Andrea Gropplero di Troppenburg, director
2017, Italia, color, VOSE, 72’

Actividad dentro del programa:

Seis contradicciones y el fin del presente

Organiza
Museo Reina Sofía
Andrea Gropplero. Comunismo futuro. Película, 2017
Andrea Gropplero. Comunismo futuro. Película, 2017

Como colofón de las actividades protagonizadas por Franco Berardi Bifo en el programa Seis contradicciones y el fin del presente se proyecta el filme Comunismo futuro con guion y narración de este autor italiano y dirigido por Andrea Gropplero di Troppenburg. Ambos presentarán la proyección y debatirán en torno a la película con el público.

Sobre ella dice Bifo:

“Una película desequilibrada como nuestro tiempo. Comunismo futuro tiene diversos centros, lo que la convierte en una obra vacilante, desequilibrada, descuadrada, como el sentimiento de la humanidad contemporánea sin comunismo.

Un centro es 1917, momento en el que se intenta el experimento comunista en condiciones que hacían inevitable la derrota y la tragedia. Otro centro es el apocalipsis que se ha desencadenado en estos años de la victoria del nazismo trumpista en Estados Unidos y en buena parte del mundo. Y un tercero es, finalmente, Berkeley, California, 2 de diciembre de 1964. Cinco mil estudiantes se encuentran en el campus para escuchar a Mario Savio, líder del movimiento por la libertad de expresión, cuyo crecimiento era impetuoso, y que debía informar sobre su conversación con el rector de la universidad.

Llega un momento en que el funcionamiento de la máquina se hace tan odioso, te oprime el corazón de una forma tan brutal, que ya no puedes participar en la misma. Ya no podemos participar ni siquiera pasivamente. Y es en ese preciso momento cuando debemos coger nuestro cuerpo y arrojarlo a los engranajes, a las ruedas… a las palancas, cuando debemos arrojarlo, en realidad, contra todo el aparato para lograr detenerlo. Y en ese momento debemos demostrar a la gente que dirige el sistema, que lo domina, que si no somos libres, entonces impediremos que la máquina funcione.

Han pasado cincuenta y cuatro años desde ese día. El mundo ha cambiado en la dirección que Mario Savio presentía entonces como una perspectiva espantosa. Sus palabras contienen una anticipación impresionante y lúcida de la relación existente entre conocimiento y economía capitalista, del proceso de sumisión y privatización de la universidad y de la investigación y, también, una especie de premonición del destino del movimiento de 1968.

Mario Savio constata que la universidad se está convirtiendo en una empresa, en una entidad económica, cuyo principio fundamental es el beneficio. La relación entre poder (militar y económico) y conocimiento ocupaba un lugar importante entre las preocupaciones de los estudiantes, de los investigadores y de los intelectuales inmersos en los movimientos de aquellos años. Y esa relación ha llegado a ser absolutamente crucial durante las últimas tres décadas de revolución digital. Mario Savio habla de la tristeza de los trabajadores cognitivos sometidos a la explotación.

Finalmente, Savio invita a sus compañeros a que bloqueen las palancas, los engranajes y las ruedas del aparato productivo con la intención de pararlo. Pero ese imaginario (palancas, ruedas, engranajes, fábrica, vieja clase obrera) impidió que el movimiento del 68 pudiese ver el nuevo panorama que estaba emergiendo ante sus ojos: la red, las tecnologías digitales, el trabajo cognitivo y precario.

En esa multitud que se encontraba frente a la principal universidad del Área de la Bahía, miles de jóvenes estaban escuchando, participando y respirando juntos. Muchos de ellos se convertirían, ciertamente, en animadores del proceso que condujo a la creación de la red global. Podemos imaginar que Steve Jobs o Steve Wozniak estaban en medio de esa muchedumbre de jóvenes. El movimiento no comprendió, sin embargo, que lo más importante era apoderarse de la máquina cognitiva.

La herencia de 1917 actuó como motor de los movimientos del siglo XX, pero funcionó también, contradictoriamente, como obstáculo para la comprensión de lo nuevo que surgía en la era posindustrial.

Comunismo futuro está dedicado a la derrota del pasado, pero también al apocalipsis del presente, del que vemos únicamente una vía de salida: el advenimiento del comunismo, el comunismo futuro”.

Franco Berardi Bifo, noviembre de 2017