Guy Debord y René Viénet, del letrismo al situacionismo
El cine ha muerto: si les parece, pasemos al debate
Museo Reina Sofía: Museo Reina Sofía: entrada gratuita previa retirada de entrada en la web del Museo el día laborable antes de la proyección, a partir de las 10h. Máximo 1 por persona
Círculo de Bellas Artes: 5,5 € - mayores 65, carnet joven 4 €, abono 3,6 €, socios CBA 3,5 €
Manuel Asín y Chema González
Museo Reina Sofía y Círculo de Bellas Artes
Instituto Cultural de México en España
Institut français d’Espagne
Vanguardias
El letrismo y el situacionismo fueron dos movimientos intelectuales y artísticos que vaticinaron la superación de la idea de vanguardia. Tras el letrismo (1945-1952) se encontraba una crítica al orden racional del lenguaje; tras el situacionismo (1957-1972) se hallaba el análisis y desmontaje de un nuevo régimen basado en el espectáculo. Para ambos movimientos fue decisiva la reflexión sobre el cine y la cinefilia, sobre la imagen y su transformación en mercancía. Este ciclo reúne ambas corrientes en tres bloques denominados letrismo, Guy Debord y René Viénet.
En “Esthétique du cinéma”, publicado en Ion nº 1 en abril de 1952, Isidore Isou escribe: “En el momento en que la proyección debía empezar, Debord había de subir al escenario para decir unas palabras de introducción. Tenía que decir simplemente: ‘No hay película que proyectar’. Yo pensaba intervenir y asociar a su escándalo destructivo la teoría constructiva del debate puro. Debord tenía que haber dicho: ‘El cine ha muerto. Ya no puede haber más películas. Si les parece, pasemos al debate’”.
En apenas un año, entre la primavera de 1951 y la de 1952, se presentaron en Francia una serie de películas y performances fílmicas que todavía hoy, retrospectivamente, pueden verse como uno de los momentos más radicales de impugnación de la institución cinematográfica. Isidore Isou, fundador del letrismo —movimiento que aglutinó buena parte de las energías de la vanguardia francesa posterior a la Segunda Guerra Mundial— presentó en el Festival de Cannes la primera versión de su película Traité de bave et d’eternité (1951), articulada a partir de una completa separación de la banda de imagen y la de sonido. Un “montaje discrepante” según su propia terminología. La proyección desató una intensa polémica dado que el último tercio de la película consistía solo en sonido, con la pantalla en negro. Se abría así el camino para la práctica, aún más radical, de otros jóvenes cineastas: en los meses siguientes, varios letristas acometerán una investigación exhaustiva de los componentes elementales del dispositivo cinematográfico. La pantalla y la imagen fotográfica serán ferozmente profanados en L’Anticoncept (Gil J Wolman, 1952); la sala y el dispositivo de proyección en Tambours du jugement premier (François Dufrêne, 1952); y el soporte y su recepción pública en Hurlements en faveur de Sade (Guy Debord, 1952). Esta última provocará, además, una escisión en el grupo, que separará para siempre los caminos de Debord y el resto de letristas.
Aunque pocas veces llegó a ser reconocido como tal, Guy Debord quiso presentarse al mundo como cineasta. El papel central que el cine desempeñó en la sociedad “espectacular” de la segunda mitad del siglo XX, que él mismo describió con agudeza, le daba la posibilidad de convertirse en su único “cineasta maldito”. Para ello, Debord orientó su actividad cinematográfica hacia la negación permanente de la institución, lo que en la práctica supuso una aplicación experimental de la directriz situacionista de superación del arte. Su primera acción pública consistió en la proyección de una película sin imágenes, mientras la última radicó en privar al mundo de la posibilidad de ver sus películas, cosa que realmente ocurrió durante sus últimos diez años de vida. La publicación en forma de libro de los comentarios contenidos en sus películas (Oeuvres cinématographiques complètes, Gallimard, 2005) o la árida versión cinematográfica de su obra más celebrada (La societé du spectacle, 1973), forman parte de una calculada estrategia de Debord para minar el pilar central de la cultura del cine y de la sociedad del espectáculo —la imagen—, favoreciendo a su tradicional adversario, el texto.
La obra cinematográfica de René Viénet presenta un contrapunto a las abstracciones y desafíos teóricos de Guy Debord en el movimiento situacionista. En sus filmes, restaurados para este ciclo, el autor lleva al extremo el détournement o la deriva, apropiándose y resignificando noticiarios, documentales maoístas y películas de kárate para cuestionar, con el humor y el juego permanente, a la sociedad burocratizada.
Programa
Isidore Isou
Traité de bave et d’éternité [Tratado de baba y eternidad]
Francia, 1951, b/n, VO en francés subtitulado en español, AD, 123’. Colección del Museo Reina Sofía
Presenta la sesión del sábado Kaira M. Cabañas, historiadora del arte especialista en letrismo, autora del libro Off-Screen Cinema: Isidore Isou and the Lettrist Avant-Garde (University of Chicago Press, 2015) [intervención en audio]
Isou, un joven poeta e intelectual rumano trasladado a París, presenta esta película en Cannes con apenas 27 años.Entre sus aspiraciones: retomar las investigaciones dadaístas y formalistas rusas sobre el lenguaje, como las de su compatriota Tristan Tzara, y dar por finalizado al por entonces exangüe movimiento surrealista. Su meta, el nacimiento de una nueva vanguardia artística basada en el potencial liberador de la letra entre el signo y el sonido, es decir fuera del orden lógico de la palabra y del lenguaje. Esta película de culto es su acta de nacimiento. El filme, realizado sobre metraje desechado del ejército francés, es un ensayo sobre la revuelta artística a través de la vida de un joven artista. También presenta novedades de enorme trascendencia: el montaje “discrepante”, en el que la imagen se disocia del sonido y, por tanto, deja de ser causal a lo que vemos en pantalla, y el cine “cincelado”, los arañazos, tachones y otras agresiones físicas sobre la propia película.
Gil J Wolman
L’Anticoncept [El anticoncepto]
Francia, 1951 b/n, VO en francés con traducción simultánea al español, AD, 60’. Colección del Museo Reina Sofía
“Yo soy inmortal y vivo”, palabras con las que concluye el audio de esta obra fílmica sin precedentes y que parecen aludir a la fascinación que continúa despertando aún hoy entre artistas y teóricos por igual. Un globo aerostático de enormes dimensiones nos recibe en la sala de cine y actúa como una volumétrica pantalla plegada sobre sí misma, en la que se proyecta una película abstracta en 35mm con círculos y bloques negros opacos. Como sonido, la voz de Gil J Wolman abandonando la enunciación discursiva lógica, devolviendo la voz al fonema, al aliento, al propio cuerpo, en recuerdo de Artaud. Censurada en Francia desde 1952 por sus efectos centelleantes de luz proyectada, Guy Debord escribirá: “Cuando a la ceguera profesional se le suman los poderes del poli, los imbéciles prohíben aquello que no comprenden”. El anticoncepto será clave en la primera película de Debord, también para los experimentos fílmicos de Brion Gysin o William Burroughs. El anticoncepto es reactivado en la sala para este ciclo, siguiendo la máxima de Gil J Wolman: “Relatar una obra carece de relación con la obra, revívela”.
François Dufrêne
Tambours du jugement premier [Los tambores del juicio primero]
Francia, 1952 (registro de 1973), 72’. Reinterpretación en sala a cargo de Gran Circo Indómito
Una película sin pantalla ni sonido. Los letristas van a ser pioneros en desarmar el dispositivo cinematográfico; esto es, en pensar de otro modo la experiencia del cine. Con ello, no solo se van a adelantar a las instalaciones fílmicas y al cine expandido, sino que van a reconectar con sus propios orígenes, cuando aún no estaba codificado en su forma dominante. Esta película de “cine imaginado”, en palabras de Dufrêne, nos remite al vodevil, a la feria, al cine como situación imprevisible y descontrolada. La recitación, la voz y los aforismos articulan un conjunto de sucesos que ocurren en la sala y que, en esta ocasión, el conjunto de poetas y artistas de Gran Circo Indómito adapta al presente.
René Viénet
La dialectique peut-elle casser des briques? [¿Puede la dialéctica romper ladrillos?]
Francia, 1972, color, VO en chino cantonés con audio manipulado en francés, subtitulado en español, AD, 90’ Nueva versión restaurada
René Viénet desarrolla las posibilidades lúdicas y subversivas del détournement (desvío) situacionista, técnica para apropiar, resignificar y volver a hacer circular con un sentido nuevo y crítico, respecto al original, imágenes y materiales de la cultura de masas. Con ello, los situacionistas lograban revelar el funcionamiento ideológico de la industria del entretenimiento. En esta película, Viénet se apropia de un filme hongkonés de artes marciales, Crush (1972) de Kuang-Chi Tu, en el que unos matones japoneses aterrorizan a unos campesinos coreanos hasta la pelea final. Viénet lo transforma en una confrontación entre burócratas y proletarios dentro del capitalismo estatal, entre el uso del diálogo o el recurso a la violencia. El resultado es una comedia situacionista de vanguardia estética y política, la cual demuestra que el juego y el humor son dos armas tan efectivas como imprescindibles en la crítica social.
René Viénet
Chinois, encore un effort pour être révolutionnaires [Chinos, un esfuerzo más para ser revolucionarios]
Francia, 1977, color, VO en chino mandarín con audio manipulado en francés, subtitulado en español, AD, 120’ Nueva versión restaurada
– Presentan el primer pase René Viénet y Carlos Prieto Acevedo, editor, programador de cine y traductor de las películas de Viénet
En mayo de 1956, Guy Debord y Gil J Wolman publican el artículo “Mode d’emploi du détournement” [Modo de empleo del desvío], donde afirman: “Es evidentemente que es en el ámbito cinematográfico donde el desvío puede alcanzar su mayor eficacia y, sin duda, para aquellos a quienes les preocupe la cosa, su mayor belleza (...). Digamos que El nacimiento de una nación, de Griffith, es una de las películas más importantes de la historia del cine por la masa de aportes novedosos que representa. Por otra parte, es una película racista: no merece en absoluto, pues, ser proyectada en su forma actual. Es mucho mejor desviarla en su conjunto (…). Un desvío como este, muy moderado, no sería en resumen sino el equivalente moral de las restauraciones de pinturas antiguas en los museos”. René Viénet continúa con el uso magistral del détournement en esta película antimaoísta –un régimen “espectacular” concentrado, según Debord– junto a noticiarios y películas de ficción.
Guy Debord
Hurlements en faveur de Sade [Aullidos en favor de Sade]
Francia, 1952, b/n, VO en francés subtitulada en español, DCP, 79’
Primera película de Guy Debord y ejemplo de su adscripción temporal al letrismo. El filme es una negación de la imagen, pantallas alternas en blancos y negros, y una banda sonora autónoma, en la que se suceden diálogos sobre política y amor, noticias de prensa, extractos del código civil lecturas de novelas con las voces de Gil J Wolman, Isidore Isou, Barbara Rosenthal y de él mismo. Entre las frases, un resumen contundente de Debord: “decidí destruir el cine porque era más fácil que matar transeúntes”. Esta anti-película recoge la herencia de Isou (el cine discrepante o la separación imagen-audio) y la enorme influencia de El anticoncepto de Wolman no solo en la negación extrema de lo visible, sino en una idea concreta: acabar con el cine está asociado a la ampliación de sus posibilidades críticas.
Guy Debord
Sur le passage de quelques personnes à travers une assez courte unité de temps [Sobre el pasaje de algunas personas a través de una unidad de tiempo bastante corta]
Francia, 1959, b/n, VO en francés subtitulada en español, DCP, 19’
Critique de la séparation [Crítica de la separación]
Francia, 1961, b/n, VO en francés subtitulada en español, DCP, 18’
Esta sesión cuenta con los dos filmes realizados por Debord durante la existencia de la Internacional Situacionista (1957-1972). Ambos se inscriben en este movimiento de agitación cultural y política que promueve rescatar la vida, habiendo sido esta última convertida en mercancía, según la lógica del espectáculo. Para ello, parten de la “creación de situaciones”, interacciones entre gente y lugares que dan lugar a relaciones sociales emancipadas del eje producción-consumo. La conquista de un tiempo cotidiano y de un espacio existencial al margen de ese eje protagonizan ambos bellos manifiestos. A nivel de lenguaje audiovisual, Debord se apropia del género del documental sobre arte ideado por Alain Resnais (voz en off, foto fija, intertítulos, ruptura ficción-documental) con un objetivo y crítica implícita: superar el arte en la recuperación de la vida.
Guy Debord. Escribir cine
Mesa redonda con la participación de Amador Fernández-Savater, Hugo Savino y Manuel Asín
Los escritos de cine de Guy Debord son un corpus fundamental para acercarse al pensamiento del teórico y a su relación con las imágenes. Traducidos por primera vez al español por la editorial Caja Negra, incluyen guiones y cartas, entre las que destacan proyectos irrealizados, como el de dedicar su última película a España. Participan en la mesa Amador Fernández-Savater, teórico y editor de Panegírico (Acuarela Libros, 1999), la autobiografía de Guy Debord, Hugo Savino, ensayista y traductor, y Manuel Asín, editor del libro y co-comisario del ciclo.
Guy Debord
La société du spectacle [La sociedad del espectáculo]
Francia, 1973, b/n, VO en francés subtitulada en español, DCP, 90’
Adaptación fílmica de uno de los ensayos literarios más profundos, lúcidos y reveladores de nuestro tiempo, La sociedad del espectáculo (1967), también firmado por Guy Debord. El análisis teórico en la voz en off del propio autor y el flujo de imágenes apropiadas y resignificadas, procedentes de westerns y cine bélico de Hollywood, propaganda soviética, publicidad o pornografía, busca demostrar el funcionamiento de este régimen político, en el que, según el autor, toda forma de relación social está mediatizada por las imágenes y el espectáculo, que es , en definitiva, “[…] el capital en un grado tal de acumulación que se ha convertido en imagen”. Debord usa esta saturación de imágenes para formular una crítica radical al sistema a partir de dos principios: no rodar para no generar ninguna imagen nueva susceptible de ser transformada en mercancía y examinar la potencia del cine, en su recodificación, como arma para la crítica ideológica.
Guy Debord
Réfutation de tous les jugements, tant élogieux qu'hostiles, qui ont été jusqu'ici portés sur le film La Société du spectacle [Refutación de todos los juicios, tanto elogiosos como hostiles, que se hicieron hasta ahora sobre el film La sociedad del espectáculo]
Francia, 1975, b/n, VO en francés subtitulada en español, DCP, 22’
In girum imus nocte et consumimur igni
Francia, 1981, b/n, VO en francés subtitulada en español, DCP, 100’
Dos películas con tono crepuscular y melancólico, que reflejan la beligerancia del establishment político y social contra Debord y el final de la revuelta joven e indómita que supuso la Internacional Situacionista. En Réfutation (…), el autor se encarga de contestar las diferentes críticas y rechazos que supuso la versión fílmica de La sociedad del espectáculo: “Los más tenaces entre esos mentirosos derrotados todavía simulan preguntarse si la sociedad del espectáculo efectivamente existe, o si por azar no sería yo su inventor”, dirá. In girum imus nocte et consumimur igni es un palíndromo en latín, conocido como el verso del diablo, que significa “Nos movemos en la noche y somos consumidos por el fuego”. Escenas de westerns, cine bélico y social sirven para narrar los tiempos heroicos del situacionismo como un fin de fiesta. El propio Debord, transformado en Errol Flynn o en el general Custer de Murieron con las botas puestas, admite su rechazo frente a una sociedad narcotizada y autocomplaciente.
Brigitte Cornand y Guy Debord
Guy Debord, son temps et son art [Guy Debord, su tiempo y su arte]
Francia, 1994, color, VO en francés subtitulada en español, AD, 60’
Documental sobre Guy Debord con guion realizado por el propio teórico, quien dice de sí mismo: “Guy Debord hizo muy poco arte, pero lo hizo extremo”. Proyectado y subtitulado por primera vez en España, es un testamento intencionado. Fue emitido por Canal+, su productora, en fecha pactada, el 9 de enero de 1995, junto a La société du spectacle y Réfutation. Apenas un mes antes, el 30 de noviembre de 1994, Debord se suicidó en Bellevue-la-Montagne.
Guy Debord
Canciones de la guerra social contemporánea
Concierto y proyección
Duración: 1 h
Jorge Manrique, Baltasar Gracián, el barroco conceptista, el anarquismo español, las revueltas mineras durante el franquismo… Guy Debord será un apasionado de lo español, aspecto que no solo le conduciría a vivir en Sevilla durante un tiempo, sino incluso a querer realizar una película sobre España como culminación de su obra. Este proyecto sería abandonado: “Así, habré dedicado a España una estatua de vacío, una profunda estatua de nada. ¿Hay homenaje más bello?”, escribe Debord a Jorge Semprún en 1986. En su lugar, esta película es sustituida por un cancionero que narra la España del posfranquismo: los movimientos sociales, la autonomía proletaria, las organizaciones vecinales y todo ese mundo de energías y posibilidades transformadoras ahormado durante la Transición. Las coplas, sumarios de los orígenes de la España contemporánea, son reinterpretadas por coros, artistas y músicos actuales tras una valiosa investigación del artista Pedro G. Romero.