Juegos de escena
Cine contemporáneo en América Latina
Gonzalo de Pedro, en colaboración con Chema González
Ronda de Atocha, esquina plaza del Emperador Carlos V
2,50€ a la venta en las taquillas del Museo desde un día antes de cada sesión. La taquilla del Edificio Nouvel permanecerá abierta hasta cinco minutos antes del inicio de la sesión
Este ciclo presenta una panorámica del reciente cine de autor en América Latina, a la vez que introduce un nuevo espacio de proyección en el Museo, transformando por vez primera las terrazas del Edificio Nouvel en un novedoso e inédito cine al aire libre. Juegos de escena enlaza con el legado crítico de los nuevos cines de los años 90 para plantear una interpretación del último cine latinoamericano, apenas visto en Europa, en la que lo teatral es el elemento clave para abordar lo real.
En 2007, el desaparecido cineasta brasileño Eduardo Coutinho publicó un anuncio en un periódico: buscaba mujeres que quisieran contar sus vidas delante de una cámara. Con ellas, y con un grupo de conocidas actrices, construyó Jogo de cena, una película en la que actrices y mujeres anónimas cuentan de viva voz las mismas historias. Un conjunto de máscaras que difuminaba lo personal para elaborar un retrato colectivo, sentimental y político de todo un país en pleno cambio. La sombra generosa de aquella película alumbra hoy este ciclo, una retrospectiva guiada, al igual que el trabajo de Eduardo Coutinho, por las estrategias de distanciamiento, reescritura, farsa o dramatización como vía de conocimiento. Estas ideas en torno a lo teatral sirven como hilo conductor para establecer una radiografía del cine de los últimos años hecho en Latinoamérica, estableciendo un vínculo entre el llamado Nuevo Cine Argentino, y lo que habría de venir después.
Juegos de escena incluye películas muy distintas entre sí, procedentes de países como México, Brasil, Argentina, Colombia o Chile. Todas ellas ponen en práctica experimentos con lo irreal, desde representaciones escénicas hasta deconstrucciones fílmicas de la narración. En conjunto, el ciclo demuestra cómo cierto cine latinoamericano de hoy se presenta como una pequeña mentira con la que aspira, al menos, a desvelar otras grandes mentiras.
Programa
2008. Argentina, Francia, Italia, España. Color, sonido, 87´
Formato de proyección: disco duro
Lo siniestro en lo cotidiano. Y la realidad como una ficción, un teatro de sombras, un río de dudas, miedos y fantasmas. La tercera película de la argentina Lucrecia Martel sirve como inmejorable punto de partida a un ciclo que tiene las estrategias de extrañamiento como centro discursivo: lo que Martel planteó en sus tres primeras películas, ese retrato de una clase social, alta, burguesa, atenazada y con miedo a un horror inconcreto. Un pavor ancestral a algo que no se sabe si ocurrió, si ocurrirá o si está ocurriendo. “No pasa nada”, dicen en la película. Y es mentira. Todo pasa, aunque en las películas de Martel, lo que ocurre permanezca siempre en la sombra, en ese fuera de campo sonoro que se aleja del realismo para construir ese mundo teatralizado.
2012. Brasil. Color, sonido, 131´
Formato de proyección: disco duro
La tranquilidad de pertenecer a una buena clase social: alta, media, acomodada. Los condominios. La calma de la seguridad, la ilusión de un mundo sin fricciones y la vida mirando hacia otro lado. Los fantasmas, el miedo, la paranoia y las amenazas. A través del retrato de la vida cotidiana en un vecindario de clase media-alta en Recife, Kleber Mendonça Filho elabora un afilado análisis de la lucha de clases y del miedo como motor de la desigualdad creciente en un país en plena expansión. Me interesan más los estados de ánimo que los puros hechos, afirma el director. El conflicto intangible e invisible, pero con presencia ubicua e inevitable es el sustento sobre el que trata esta película, considerada una de las más certeras representaciones de las transformaciones contemporáneas en Brasil.
2014. Chile, Argentina. Color, sonido, 60´
Formato de proyección: disco duro
La familia, las relaciones paterno-filiales y las amorosas como una constante actuación teatral, como una puesta en escena en la que somos, a la vez, público, autores y actores. Una pareja de vacaciones en la playa pondrá en escena la ficción de su rutina feliz ante la aparición inesperada de la madre de él, quien portará también sus propias ideas sobre la esta escenificación. En el espacio suspendido de unas vacaciones frente al mar, Dominga Sotomayor despliega una comedia semi-improvisada de personajes inmóviles y en fuga, un rompecabezas ligero donde todo pasa por la necesidad de ser observados.
2014. Argentina. Color, sonido, 70´
Formato de proyección: disco duro
Matías Piñeiro ha trabajado durante ocho años con el mismo equipo de técnicos y actores, poniendo en marcha un sistema de trabajo que gira en torno al binomio adaptación-variación. Partiendo siempre de obras teatrales, Piñeiro y su equipo juegan a la repetición, a las variaciones, a la tensión entre puesta en escena, control y azar, en películas de cámara, hechas en familia, las cuales no son solo adaptaciones de obras de Shakespeare, sino el documento de un grupo de amigos que creció haciendo películas y cómo la ficción terminó por mezclarse en su vida, hasta convertirse en cine, y a la inversa.
2014. Brasil. Color, sonido, 93´
Formato de proyección: disco duro
El cineasta brasileño quería rodar un documental sobre la intervención violenta, con un trasfondo racista y de clase, de la policía en una discoteca de Brasilia en 1986. Contactó con algunos de los danmificados, marcados, heridos por la tragedia, mutilados o confinados a una silla de ruedas. Dos de ellos aceptaron participar en la película con una condición: lo que filmarían no sería un documental, sino una película de ciencia ficción. El resultado es un juego de capas sutil en el que la máscara del género no viene a ocultar la tragedia, sino a desvelarla.
2013. Chile. Color, sonido, 83´
Formato de proyección: disco duro
Yermén es una mujer. O un hombre. Una transexual. Un cuerpo en transformación que necesita de las máscaras para ser por fuera quien es por dentro. Como su protagonista, una transexual real, la película está también a medio camino entre dos lugares, alternando una puesta en escena ficcional con elementos extraídos de los diarios filmados por la propia protagonista en VHS. La propuesta de estos jóvenes directores, una de las películas más viajadas del reciente cine chileno, desvela las imposturas y las hipocresías, las tensiones y las fachadas de todo un entramado social: la sexualidad como campo de batalla de las nuevas diferencias sociales, la fama como vehículo social legitimador, la imagen como definición última.
2014. México. Color, sonido. 75´
Formato de proyección: disco duro
Un anciano vive aislado del mundo en una cabaña de madera, en un páramo mexicano. Afirma haber escrito un guión basado en su vida y doce canciones con las que formar la banda sonora. La película que él rodaría es también, o casi, la que pone en escena el director, nieto de los dos ancianos protagonistas. Superponiendo realidad y representación, La maldad no es solo una película sobre las clases sociales, sino una mirada a la vida como una puesta en escena constante.
2014. Colombia. Color, sonido, 93´
Formato de proyección: disco duro
Un vagabundo, un hombre con una cámara y un juego de espejos sobre la miseria y los estereotipos en el cine latinoamericano. En la estela de Luis Ospina y Carlos Mayolo, pero pasado por el reflejo de los espejos contemporáneos, el humor y el aspecto cinematográfico más lúdico, Rubén Mendoza construye una metáfora de un país estafado, al mismo al tiempo que evidencia los problemas de representación de los límites y los márgenes en un cine dominado por las clases altas de la sociedad: ¿cómo, por qué y desde dónde filmar lo miserable, lo empobrecido, lo otro?
2014. Argentina, Dinamarca, Suecia. Color, sonido, 100´
Formato de proyección: disco duro
¿Cómo subvertir las relaciones de poder de un capitalismo globalizado que el mundo cinematográfico reproduce de forma no tan inocente? Una manera, si no de liquidarlas, al menos de hacerlas evidentes es convertirlas en objeto de mofa. Nacida a partir de un proyecto de dudoso paternalismo de un reconocido festival europeo consistente en emparejar a cineastas del sur con cineastas del norte de Europa, la película convierte el propio proceso de rodar en una burla y un juego con las expectativas que los foros del acomodado norte bienpensante depositan en los cineastas del sur.