Buste de jeune femme (Busto de mujer joven)

La estancia de Pablo Picasso en el pueblo pirenaico de Gósol en el verano de 1906 fue decisiva para la revolución artística que supondrá la aparición del cubismo solo un año después. Picasso abandona allí su etapa rosa para ensayar un nuevo lenguaje primitivo y antiacadémico, deliberadamente inacabado, esquemático, de contornos delineados y formas sólidas y monumentales. Su inspiración parte de maestros como Cézanne o Gauguin, pero muy especialmente del arte íbero que había conocido ese mismo año en París. Esta nueva etapa continuará en los meses inmediatos tras su vuelta a París y culminará en la realización de Les demoiselles d’Avignon durante el verano de 1907.

Fernande Olivier, su pareja en ese momento y compañera del viaje a Gósol, servirá de modelo recurrente en este periodo clave de experimentación artística. En Buste de jeune femme (Busto de mujer joven) Picasso pinta a Fernande de memoria, con una cara a modo de máscara, hierática, de párpados marcados y ojos vacíos a la manera de la estatuaria íbera del Cerro de los Santos, pero en la que se reconoce su característica melena oscura sobre los hombros.

Raúl Martínez Arranz