Bhupen Khakhar

Un conjunto de sesenta y nueve obras se exponen en una muestra retrospectiva conformada principalmente por treinta y siete lienzos al óleo, a los que se suman acuarelas y acrílicos sobre papel y tres cerámicas del artista. Llegando hasta la actualidad, el recorrido comienza con la obra Sheik, maceta y luna (1969) para dar un salto hasta 1974 donde la asimilación del Pop Art y la estética kitsch se trasluce de manera evidente en trabajos como las denominadas por el artista “series comerciales” entre las que se encuentran obras como Janata arreglando un reloj, Huelga en la fábrica o El Señor I.M. Shah, contable adjunto, todas ellas de 1972.

Durante esta década Khakhar se centra en un principio en la expresión de la subjetividad para más tarde elaborar un género dedicado a la vida cotidiana en una ciudad de provincias. Lo sagrado aparece a menudo representado a través de ceremonias religiosas. Será entonces cuando el artista ponga en pie narraciones que asuman una intención subversiva no detectada como tal en los comienzos pero que, con la evolución de su trabajo, se convierte en un factor evidente en su producción, llevándole incluso a desempeñar un papel político dentro del ambiente artístico de la India. A partir de 1980 la homosexualidad de Khakhar se hace patente en sus cuadros, representándose como amante y como amado en muchas ocasiones y desarrollando una iconología sexual propia. El cuadro No se puede complacer a todo el mundo (1981) parece estar enviando un mensaje claro. Sus personajes crecen en tamaño, frente a sus representaciones minúsculas durante la década de los setenta, y pasan a ocupar el primer plano de sus composiciones como se aprecia en las obras Seva (1986) o Yayati (1987).

La acuarela sobre papel será la técnica dominante en la obra de Khakhar durante los años noventa acentuando aún más las diferencias de tamaños entre los personajes de un mismo cuadro. La luminosidad de los trabajos de esta época es llamativa, aunque no tardará en desaparecer cuando el artista, enfermo de cáncer, retoma el óleo con una temática sangrienta y cruel. El sujeto abyecto es ahora el centro de un universo devastado y melancólico como se refleja en las obras Mañana (2000), Babubhai ciego (2001) o Cabeza herida de Raju (2001) que cierran la exposición.

Coincidiendo con esta muestra, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía exhibe en Espacio Uno la obra de otro reconocido artista indio, Atul Dodiya, perteneciente a la generación posterior a Khakhar.