El escultor catalán Julio Antonio (Mora de Ebro, Tarragona, 1889 - Madrid, 1919) es considerado como uno de los pioneros en la renovación de la escultura española. A pesar de su prematuro fallecimiento con treinta años, su obra produce una verdadera transformación en las formas, conceptos y valores de la escultura española.
Su trabajo es apreciado por importantes intelectuales de la época, con los que Julio Antonio comparte el espíritu regeneracionista, que propugna la modernización de España. En su obra es evidente el clasicismo como fundamento creativo. No solo se trata de su aspecto formal, sino también de la idea de integración de contrarios, armonía y equilibrio, que forma parte de la teoría de pensamiento que desarrolla José Ortega y Gasset. El filósofo español no es el único que valora la aportación de Julio Antonio a la escultura. Los escritores Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez, Ramón Pérez de Ayala o Ramón María del Valle-Inclán se muestran igualmente entusiastas respecto a su obra.
Las revistas culturales como Prometeo, Europa o España -en auge durante los primeros años del siglo XX- apoyan incondicionalmente la obra de este escultor y contribuyen a desarrollar su fama y reconocimiento dentro del panorama cultural más renovador. Para el pintor Ignacio Zuloaga, Julio Antonio esculpe el sentimiento de la propia patria, una consideración que compartía otro de los amigos del escultor, Julio Romero de Torres. Los seguidores de Julio Antonio reconocen en él la verdadera alma de los hombres y mujeres del pueblo español.
Pese a algún viaje ocasional al extranjero, Julio Antonio decide permanecer en España, cuya geografía conoce debido a varios traslados por diversas circunstancias, que le llevan a vivir en Tarragona, Barcelona, Murcia, Almadén y Madrid. No obstante, el viaje a Italia que realiza en 1909 y en el que visita Roma, Nápoles y Florencia le permite conocer directamente la obra de Donatello, Miguel Ángel y Andrea Verrocchio, artistas que le causan una profunda impresión.
Al igual que en la exposición dedicada a Juan Gris y celebrada este mismo año, esta muestra se realiza con los fondos del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, y exhibe un total de dieciocho esculturas de bronce patinado, junto a los carboncillos Autorretrato, Almadén (1909) y Friso Monumental I y II (1918-19).
María la gitana, una minera de Puertollano, una mujer de Castilla, el Ventero de Peñalsordo, un minero de Almadén, la mujer de la mantilla, el cabrero de las tierras de Zamora, una moza de Aldea del Rey o un novicio de Ávila son algunos de los protagonistas de las esculturas de la Colección del Museo Reina Sofía. Once de ellas pertenecen a la conocida serie Bustos de la Raza, que inicia en Almadén a comienzos de 1910. En la exposición se encuentra también la maqueta del Monumento a los Héroes de Tarragona, adquirida por el estado en 1922.
Datos de la exposición
Palacio Caja Cantabria, Santillana del Mar (15 noviembre - 22 diciembre, 2002); Centro Cultural La General Almería (19 abril - 19 mayo, 2001); Centro Cultural Funcación Caja de Granada, Granada (24 mayo - 20 julio, 2001), Museo Camón Aznar, Zaragoza (15 enero - 17 marzo, 2002); Museo Gregorio Prieto, Valdepeñas, Ciudad Real (08 septiembre - 22 diciembre, 2002)
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