El cincuenta aniversario del Guernica y, por tanto, de la participación española en la Exposición Internacional de París de 1937, constituye el motivo central de esta exposición en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. En ella se reconstruye la memoria del Pabellón Español, un hito en la presencia española en las exposiciones universales y uno de los mejores pabellones de todos cuantos asistieron a la exposición en París. En plena Guerra Civil y en apenas seis meses, se logró llevar a cabo la inauguración del edificio que representaba el esfuerzo del pueblo español por mostrar al mundo su compleja realidad, con una muestra de sus mejores producciones culturales.
En esta exposición, se presenta una amplia información del edificio de 1.100 metros cuadrados proyectado por los arquitectos Luis Lacasa y José Luis Sert. Asimismo la muestra incluye dos maquetas -una de las cuales se ha construido expresamente para la ocasión- con las que se proporcionan la mayor cantidad de detalles que se conocen.
Además de la maqueta, se exhiben obras de Pablo Picasso: sus esculturas La Dama Oferente (1933), La Bañista (1931) y Cabeza de mujer (1931), así como los grabados Sueño y Mentira de Franco (1937) y una serie de dibujos relacionados con el Guernica (1937). También están presentes, La Montserrat (1937) de Julio González y la Fuente de Mercurio (1937) de Alexander Calder, construida en origen para mostrar la producción de mercurio español de las minas de Almadén y que por primera vez desde 1937, vuelve a funcionar con el líquido metal.
Junto a estas obras, se recuperan además otras de José Gutiérrez Solana, Alberto Sánchez, Horacio Ferrer, Rodríguez Luna, Ramón Gaya, Miguel Prieto y Ramón Puyol entre otros. Completa la muestra un conjunto de pintura vasca a cargo de artistas como Aurelio Arteta, Julián de Tellaeche, Darío de Regoyos, Ramón de Zubiaurre, José Arrúe o Bernardino Bienabe. A ellos se unen algunos de los trajes populares del Museo del Pueblo Español que se llevaron a París y que, originariamente, formaron parte de la sección artes populares, junto a una colección de cerámica y numerosas fotografías, paneles informativos, fotomontajes explicativos.
Parte del conjunto de piezas que después de 1938 se habían dado por perdidas en los almacenes del Palacio Nacional de Montjuic, se encuentran expuestas en esta muestra. Se ha podido integrar así en las Colecciones del Estado y en la historia del arte español una parcela poco conocida: el arte de la Guerra Civil, de un interés indudable para el análisis del desarrollo de nuestras vanguardias artísticas previas a 1936 y su transformación en realismo militante cuando las condiciones así lo exigieron. Con todo ello, se recupera en esta exposición el entorno para el que el Guernica fue realizado durante la primavera de 1937 por encargo del Gobierno de la Segunda República.
Para completar toda la información de este capítulo esencial de la historia de España se expone un documental. En él se narra la sucesión de acontecimientos desde que en 1934 se recibe la invitación de Francia para participar en la Exposición Internacional, hasta que el 12 de julio de 1937 se inaugura el Pabellón Español. Casi dos meses después de la inauguración oficial de la Exposición, y en medio de difíciles circunstancias, se logró abrir al público el Pabellón. Esta circunstancia no le impidió pasar a la historia como uno de los grandes logros del espíritu del pueblo español, al que esta exposición homenajea junto con la alta calidad del contenido que expuso.
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