Sobre la mesa

Los alimentos marcan un ritmo, un tiempo. Para consumirlos es necesario que atraviesen distintos ciclos, como la germinación de una semilla, la fermentación o la preparación de un plato festivo. Sin embargo, en las últimas décadas, estos ciclos se han visto afectados por la inmediatez consumista. Esta lógica impone una aceleración del sistema alimentario que antepone la acumulación de las ganancias sobre el bienestar de todas las formas de vida. El resultado es un esquema productivo que prioriza la explotación de la tierra y los seres vivos subordinando el desarrollo tecnológico al sistema capitalista, sin considerar la distribución equitativa de lo producido ni su impacto medioambiental.

El punto de partida de Sobre la mesa. Semióticas de los alimentos es la videoperformance Semiotics of the Kitchen [Semióticas de la cocina, 1975] de Martha Rosler, obra de la Colección del Museo Reina Sofía en la que la artista presenta, en orden alfabético y a manera de ejercicio semiótico, una serie de objetos propios de este espacio del hogar para denunciar el papel socialmente asignado a la mujer en el ámbito doméstico.

Esta exposición dirige la atención a un elemento esencial en la cocina pero que no es visible en la videoperformance de Rosler: los alimentos. Siguiendo la estructura narrativa de la artista, la muestra presenta una selección de materiales visuales y textuales, tales como fotografías, libros, poemas, postales, recetarios y objetos, organizados en un glosario alfabético con el propósito de profundizar en nuestra compleja relación con la comida. El ejercicio semiótico que se utiliza en todas las palabras que conforman el glosario revela las diversas formas en que los alimentos se vinculan con la historia, la política, el arte y la cultura.

Sobre la mesa. Semióticas de los alimentos propone una lectura crítica de los ciclos capitalistas para evidenciar las tensiones que giran en torno a los alimentos y abogar por una mayor conciencia ecosocial en su producción, distribución y consumo. A la vez, pone de manifiesto el arraigo de estos en los vínculos humanos, su dimensión sentimental y su capacidad de reunir personas, evocar recuerdos y crear nuevas historias en torno a ellos.